domingo, 17 de enero de 2010

Elección de modelo…

Cierto, ciertísimo, que sobre gustos no hay dogma. La gente escoge lo que más le gusta y de ahí, a aguantar las consecuencias de su buena o mala elección. Los argentinos –porque Menem ya estaba agotado por el peso de los cuernos de su Miss Universo y Maradona todavía no culminó su tratamiento para adelgazar- escogieron a la mejor publicista de botox, doña Cristina Kirchner. Que ahora tengan que tragarse, a ritmo de tango, a uno de los ejemplos continentales de corrupción, es cosa de ellos. El feliz matrimonio, desde que comparte la presidencia (2003), ha incrementado su humilde patrimonio personal de 1,7 millones a 12,3 millones de dólares. Nadie podrá negar que se trata de una prueba exitosa de economía doméstica a pesar de los pequeños gastos en aviones privados y modelitos exclusivos Chanel, con carteras Gucci, Louis Vuitton, Cartier y Hermes. Que la economía argentina vaya de crisis en crisis y su política parezca pantalón remendado con los retazos más tristes del peronismo decadente, es otro cuento: ellos solitos, los argentinos, eligieron el modelo.

También se puede hacer gala de mal gusto y elegir al más colorinche y al mismo tiempo más feo. Es el modelo que se la pasa prometiendo “socialismo” durante diez años, nuevos paraísos en versión “siglo XXI”, y tener que contarles a los suyos, a los venezolanos, a los que eligieron mayoritariamente el modelito, que la falta de electricidad no es un accidente temporal, sino una forma de vida a la tienen que acostumbrarse, y que tienen que hacer caca a luz de una linterna… ¡mientras consigan baterías! Y los que eligieron el modelo no pueden quejarse: como en los mejores tiempos de la UDP en Bolivia, tienen que correr a las tiendas a ver qué pescan antes de que los precios sigan subiendo y los almacenes cerrando. Y tienen que apurarse, porque la inflación sigue trepando y la divisa, desde 1999 -inicio del milagroso mandato chavista- ha perdido el 87% de su valor. Y para que no le quiten méritos al “Mussolini tropical”, en algo tenía que ser primero: tiene la mayor inflación de la región.

Pero la pasarela no está clausurada, ¡faltaría más! Cuba, el gran modelo, el que tenía que encabezar el entierro del imperio, el que sigue ondeando su bandera con la leyenda “¡venceremos!”, acaba de comunicar a sus bases -todos son socialistas en la isla, salvo los agentes de la CIA y los mercenarios del imperialismo- que ya no tienen ni para la libreta de racionamiento. Después de cincuenta años, el modelo no ha sido capaz de lograr resolver ni siquiera el problema de alimentación: ¡tienen que importar el 80% de sus alimentos! Ya es modelito en desuso y el propio Fidel ya ha abandonado su desteñido verde olivo y se siente más cómodo enfundado en Puma o Adidas que, obviamente, no son de confección nacional.

¿Por qué, entonces, tanto alboroto cuando Evo Morales elige modelo? Primero, y visto el panorama, no hay mucho de dónde escoger. Segundo, todas las razones teórico-doctrinales que el Vicepresidente García Linera ha brindado para la elección son de un peso académico abrumador -no hay que olvidar que es una suerte de Gramsci del marxismo originario-, y son decisivas para la marcha hacia nuestro futuro comunitario, igualitario y armonioso. Tercero y finalmente, vista la pasarela que hemos descrito, ¿por qué no pensar que en la elección de modelo -¡y qué modelo!-, Evo Morales ha sido, si no el más convencional, sin duda el de mejor gusto?
Cayetano Llobet

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