jueves, 26 de junio de 2008

Apertrechamiento para la guerra


La realización en cuatro departamentos del país de los referéndums aprobatorios de los Estatutos Autonómicos con una contundente victoria del SI, se ha constituido en la forma más clara de impulsar un profundo cambio de las estructuras obsoletas del Estado centralista.
La legitimidad de los Estatutos es innegable, empero las complicaciones ya no están en lo que ha pasado sino más bien en lo que pasará en el futuro inmediato, que empieza a plantear una suerte de escenarios probables altamente conflictivos.
El anuncio de los Prefectos de la denominada Media Luna, ahora departamentos autonómicos a plenitud, de no ir al referéndum revocatorio el 10 de mayo próximo y más bien provocar elecciones presidenciales, parlamentarias y prefecturales anticipadas más la respuesta inmediata del Gobierno a través de su vocero el Ministro de la Presidencia que ha pedido juicio de responsabilidades contra los sediciosos, va a ser el eje del debate político y seguramente en este marco se desarrollarán las posibles agudizaciones o salidas a la actual crisis.
A estas alturas pensar en la posibilidad de un diálogo es poco menos que imposible porque tanto el gobierno como la oposición real, que es la regional, han elegido el camino de la guerra como instrumento político para lograr el fin deseado, desdibujando y debilitando con crudeza el papel esmirriado de las instituciones de la democracia que hoy por hoy no son definitorias en la toma de decisiones que hagan al conjunto del país.
Los términos de la guerra están planteados, el gobierno insiste en el referéndum revocatorio como una forma de encontrar en el voto ciudadano una afirmación regionalizada del respaldo ciudadano que contribuiría a consolidar una correlación de fuerzas favorable y estar en condiciones adecuadas de llevar adelante la guerra, en tanto la oposición pretende utilizar al máximo los éxitos de los referéndums aprobatorios de los estatutos autonómicos que le dan una correlación favorable de fuerzas frente al gobierno para poder imponer este proyecto al país, para ello utilizan el instrumento aún democrático de plantear elecciones anticipadas.
El apertrechamiento de los contendientes para la guerra, paradójicamente, ha sido democrático, empero por ahora los caminos y los medios democráticos son insuficientes para la lucha política, de ahí que, al plantearse la disputa entre posiciones irreconciliables todo apunta a la confrontación violenta, en la que se enfrentarán enemigos no contendientes políticos.
Un particular carácter tendrá la elección prefectural en Chuquisaca este próximo 29 de junio, fecha en la que se producirá regionalmente un desequilibrio, pues de ganar la candidata del Comité Interinstitucional, la corriente autonómica se verá fortalecida a nivel nacional, dejando a las fuerzas oficialistas en una posición de debilidad extrema.
Por lo dicho, el mes de julio se anuncia como complicado y altamente explosivo, en él probablemente se estarán articulando las últimas movidas para el posicionamiento de los contendientes para luego entrar en la explosión final.
Que uno vaya a saber cómo terminará es difícil predecir, pero de seguro será con dolorosos resultados para Bolivia. En tanto el 10 de agosto aún está lejano.
Germán Gutiérrez Gantier

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